Historizar

Todos tenemos una historia, un camino recorrido, que nos lleva a ser quienes somos hoy. 

Poner en contexto, aprender de nuestra historia y si es necesario cambiar el rumbo y reconstruirnos, eso nos hace dueños de nuestro destino. 

Hoy te cuento mi Historia. 

Mi historia

Mi nombre es Andrea Miranda, desde pequeña me encantaba sentarme a escuchar las historias de vida de las personas y mirar fotos, que de alguna manera también contaban una historia.

Un poco más grande, no sólo seguía interesada en escuchar las historias, sino que además, las personas me buscaban para contarmelas. 

En el final de mi adolescencia, descubrí que tenía una vocación y que podía profesionalizar, eso que me nacía de manera natural y así elegí estudiar Psicología en la UBA.

Mientras estudiaba, comencé a dar clases en la Universidad en la Carrera de Enfermería y posteriormente también en Instrumentación Quirúrgica. Conocí profesionales comprometidos con la tarea de  ayudar a otros y me motivaron a seguir profesionalizandome.

Así es que, una vez finalizada la Carrera de Psicología (2004), me anoté en el Profesorado Universitario. 

Mientras cursaba el profesorado, tuve a mi primer hijo (2006). Hecho que me permitió poner en práctica y vivenciar en mí, todo lo que hasta el momento había aprendido de manara teórica, en todos los cursos de post grado. Los temas de maternidad y crianza, fueron mi primer amor. 

Años más tarde, (2010) comencé a trabajar en el Hospital María Ferrer. Institución dedicada a tratar patologías respiratorias.

Allí aprendí, lo que es el trabajo en equipo, el trabajo interdisciplinario, la importancia de apoyarse entre colegas y el manejo de grupos terapeúticos. Trabajar con patologías graves y  acompañar en una muerte digna o procesos de duelo, no es fácil y requiere mucha preparación profesional y personal. 

Pero en ésta tarea, conocí mi segundo amor, acompañar procesos de enfermedad y a trabajar con la muerte.

En el 2013, fuí mamá por segunda vez y en el 2015 por tercera vez. Aunque en ésta ocasión fue todo distinto, ya que tuve gemelas. Nacieron prematuras, estuvieron un tiempo en neonatología y luego surgieron algunas complicaciones de salud. Nuevamente, experimentaba en mi vida, todo lo que había estudiado de maternidad, incluso un posgrado de acompañamiento de familias en neo. 

Llegó el año 2020 y con él, la Pandemia. Como Hospital, especializado en patología respiatorias  tuvimos muchisimo trabajo. No había, día, noche, fines de semana, ni feriados. 

Como toda situación de crisis, si la sabemos capitalizar, nos brinda una posibilidad de crecimiento y así, tomé la oportunidad de estudiar algo que, (hasta lo que yo pensaba en ése momento), estaba más relacionado con el cuerpo y comencé a estudiar el Profesorado de Yoga y lo amé. Ahora podía no sólo trabajar las emociones y acompañar desde la palabra, sino también desde el cuerpo.

La Pandemia, nos marcó y cambió a todos, nos hizo replantearnos nuestro lugar y nuestro propósito. Es así que comencé a pensar en la idea de emigrar y con ésta idea, decidí estudiar Coaching. 

Hoy entendí que todo mi recorrido, personal y profesional  me permitieron adquirir las herramientas para ayudar a otros en el fortalecimiento y desarrollo de su inteligencia emocional, logrando gestionar de la mejor manera posible sus emociones, sin importar el contexto o las adversidades de la vida. 

Hoy el éxito o la tan deseada felicidad, depende de cuán desarrollada tengamos nuestra Inteligencia Emocional. 

Pero para poder lograrlo, primero debemos emprender el camino del conocimiento. 

 

 

Hablemos!

Soy una apasionada de las historias, contame la tuya. 

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